¡Hola! Os quería decir que estoy trabajando/escribiendo un libro. De momento no tiene título, más adelante lo diré. Por ahora solo llevo 1 capítulo. Pero lo iré avanzando. Ahora os dejo el prólogo. ¡Espero que os guste! Por favor comentad si queréis que siga con la historia o que lo deje.
Prólogo
Prólogo
Nunca me planteé lo
horrible que sería tener que mudarme. Hasta ahora.
Pero para saber porque
me planteo esta pregunta haremos un pequeño viaje en el tiempo hasta el 24 de
agosto, hace una semana exacta.
Recuerdo perfectamente
ese día:
Me levanté pronto porque no quería
perderme la fiesta de graduación de mi hermana. Todos mis amigos y yo nos
graduaríamos el año que viene (o eso creía). Me vestí y bajé a desayunar. Vi
que mi padre estaba hablando con mi madre en la sala de estar. Aunque no era
gran sorpresa, siempre se despertaban antes que yo para hacer un desayuno
delicioso y estar media hora con el ordenador, viendo la tele o bien leyendo.
Pero esta vez no habían preparado el desayuno, solo había dos tazas de leche
casi terminadas en la mesa; ni estaban con el ordenador ni viendo la tele ni
leyendo.
Me sorprendí al
ver a mi hermana Sara sentada en una silla de la cocina tomando cereales. Fue
una sorpresa enorme, ya que ella es muy dormilona y es la que se levanta más
tarde de toda la familia. Le pregunté
como es que se había despertado tan pronto y por qué estaban nuestros padres hablando en la sala de
estar. Mientras tanto iba preparando mi desayuno. A la primera pregunta me
respondió rápidamente, me dijo que por la fiesta de ese día, pero a la segunda
pregunta contestó un simple “no lo sé”.
En cuanto terminé de
desayunar fui a la sala de estar para preguntar a mis padres qué pasaba y de que
hablaban. Pero lo malo de ser la pequeña de la familia (aunque tenga 15 años)
es que cuando les sueles hacer ese tipo de preguntas siempre te contestan los
dos a la vez: –Cosas de adultos, Marina.
Odio cuando dicen eso,
aunque la verdad, soy muy cotilla. Pero esta vez parecían preocupados, así que
yo también me preocupé.
La preocupación se fue
al cabo de unos 3 minutos, cuando me llamó mi mejor amiga Cris y estuvimos hablando
muchísimo rato. Después fui a ver la tele y mis padres seguían hablando y
enseñándose cosas en los móviles el uno al otro con cara de preocupación. Y
entonces mi preocupación volvió.
Subí a mi habitación a
imaginar por qué podrían estar preocupados y si podría yo poner fin a lo que
las ocasionaba, o al menos evitar las consecuencias que supondrían.
Pero… ¿y si estaba
haciendo una montaña de un grano de arena?
Puede que estuvieran
pensando en regalarle un ordenador a mi hermana o algo así… Que va. Después
averigüé que no, era otra cosa, mucho más preocupante. Pero no lo averigüé ese día, fue más tarde.
**Se acabó el prólogo**
Por favor comentad si queréis que siga con la historia o que lo deje. ;-)
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